MEDITACION: ENCUENTRO CON TU SER SUPERIOR
Shihan: Mario Jorge Rodríguez Sandoval
Dentro de nosotros tenemos toda la sabiduría y conocimientos que necesitamos el cual podemos utilizar a través de nuestra mente, la llamamos, conexión directa con el universo.
En ocasiones resulta difícil la conexión con nuestra sabiduría universal. Una de las formas es conectándonos con nuestro ser superior.
Reiki no es religión, y la conexión con nuestro ser superior puedes hacerla con quien profeses tu fe, Cristo, Buda, la Virgen de Guadalupe, un Ángel, un consejero, un guía espiritual o maestro.
A continuación daremos un ejercicio para facilitar la meditación.
Sentados cómodamente Iniciamos con respiraciones lentas, inhalamos por la nariz y exhalamos por la boca y sentir que los pulmones se llenan lentamente.
Con los ojos cerrados, nos conectamos con la vibración de Reiki levantando las dos manos hacia el cielo y luego las bajamos lentamente y descansarlas sobre las piernas con las palmas de la mano hacia arriba. Tenerlas encorvadas como si sostuvieras algo dentro (En el caso de estar de pie, las palmas mirando hacia fuera). Llevar la atención al TANDEN y relájate. Repetir la respiración por dos o tres minutos hasta soltar la tensión.
Relajado profundamente ve hacia tu santuario interior, rincón que tenemos de preferencia en las meditaciones. Imagina que estas de pie en tu santuario y frente a Ti un sendero INTERMINABLE lleno de luz, por donde vas caminando, un camino de paz de tranquilidad.
Sigue caminando por el sendero y a medida que avanzas, ve como al final del sendero está una gran luz blanca y brillante que conforme te acercas se va agrandando y tomando forma, entre la luz esta una figura, la figura de un ser iluminado, tu ser superior a quien profesas tu fe; Conforme te vas acercando empiezas a distinguir sus facciones, lo tienes frente de ti, visualiza sus virtudes y la que mas te identifica con EL, acércate a su luz y envuélvete con ese ser superior, tu ser superior.
Ten confianza y pregúntale lo que tú desees o ensénale tu santuario. Cuando creas que has terminado tu experiencia, da las gracias y exprésale tu sentimiento y el deseo de otro reencuentro, regresa por donde venias. Y muy lentamente ve abriendo tus ojos y da las gracias (gassho).
Cada persona vive las experiencias de distinta forma, por lo tanto no podemos generalizar los sentimientos vividos.